5.4.18

Sauron da más miedo que Cthulhu

O Tolkien da más miedo que Lovecraft, pese a que éste crease un universo de terror del que nació todo un subgénero. Su obra se basa en la premisa de que el ser humano habita una negrura cósmica que esconde horrores más allá de su entendimiento. La idea en sí es muy buena, pero creo que la ejecución podría mejorarse.

El terror de Lovecraft es muy plástico. Es demasiado informativo si lo comparamos con el de Stephen King, por ejemplo, que se basa precisamente en lo que no sabes. El horror cósmico en teoría bebe de lo desconocido, pero Lovecraft siempre arroja luz sobre aquellos espantos supuestamente indiscernibles.

Leí en un foro que el problema con Lovecraft es que su literatura no se había pensado para ser representada visualmente, algo que en la red es continuo, ya que juega con la imposibilidad y la aberración. No es mala teoría, pero lo cierto es que el terror de Lovecraft ya era terrenal antes de internet. La llamada de Cthulhu, por ejemplo, contiene una descripción detallada del principal dios lovecraftiano, tirando por tierra la idea de que sus horrores no encajan en el mundo material.

Las abominaciones de Lovecraft son, después de todo, monstruos con tentáculos. De mayor o mayor tamaño o con más o menos bocas babeantes, pero al fin algo tan clásico como monstruos devoradores de hombres en lugar de las abominaciones no eucledianas que, en teoría, deberían ser.


Aunque no era su campo, sin embargo, hay algo de terror cósmico en la obra de Tolkien. Creo que Sauron - y antes que él, Melkor - son dos buenos ejemplos narrativos de lo que yo imaginaría como el antagonista de una novela de este género. Sauron aporta una oscuridad y una inquietud que Cthulhu no consigue.

Las entidades de Tolkien son también terrenales, pues quieren arrasar el mundo y establecer un régimen de tinieblas de forma más o menos humana. Pero el británico dotó a sus personajes de naturalezas complejas. Sauron tiene una dimensión mundana que es representada por los orcos, encarnación de la violencia y la brutalidad. Del otro lado, no obstante, Sauron es también lo desconocido. Es lo de fuera, lo que no podemos ver. Habita en un plano a la que el ser humano no puede llegar y cuya espantosa extensión apenas logra intuir.

Los reyes caídos bajo el embrujo de Sauron, los naz-gûl, representan el único y espeluznante vínculo entre la abominación y lo humano, entre la oscuridad impenetrable y el mundo conocido. Son la mejor muestra de que el horror de Sauron y Melkor tiene un poder corruptor. La capacidad transformadora del terror es uno de los recursos más perturbadores del género, y de los menos explorados. En Lovecraft se vislumbra a través de los diferentes cultos y sociedades secretas, pero en mi opinión está mucho más desarrollado en la Tierra Media.

Por el poder de Sauron los reyes pasaron a ser espíritus de pesadilla. De los elfos, sin que entendamos cómo, Melkor produjo a los orcos. La tierra fértil se degradó hasta convertirse en la devastación de Mordor. Sauron atrapa a quienes le siguen en una autodestructiva fascinación. Puede alargar sus vidas de forma grotesca hasta arrastrarlos a un mundo de oscuridad como le ocurrió a Gollum, o conducirlos a la locura y la condenación como a Isildur.

Uno de los mejores ejemplos del horror según Tolkien está en el pasaje donde el Rey Brujo amenaza a Eowyn en El retorno del Rey:

No es tu vida lo que arriesgas perder si te atreves a desafiarme; a ti no te mataré: te llevaré conmigo muy lejos, a las casas de los lamentos, más allá de todas las tinieblas, y te devorarán la carne, y te desnudarán la mente, expuesta a la mirada del Ojo sin Párpado.

Lo maravilloso de esta cita no es lo que dice, sino lo que no dice. ¿Qué son las casas de los lamentos? ¿Qué hay más allá de todas las tinieblas? ¿Qué quiere decir con que le desnudarán el alma, con que la expondrán?

Una lista de preguntas que podemos ampliar cuanto queramos; al final y al cabo, ¿quién es Saron? ¿Qué es? De él solo tenemos nociones. El ojo sin párpado. La extraña forma en que el Anillo pesa cada vez más a quien lo lleva. La sensación de ser vigilado, que atormenta a Frodo. La sombra que le queda dentro para siempre. El modo en que su contacto corrompió hasta la aberración a Sméagol.

Sin pretenderlo, Tolkien dibujó un universo de tinieblas como los que fascinaban a Lovecraft. Pero Sauron no es un enorme monstruo que se limita a abrir la boca para devorar a sus víctimas. En el discurso del Rey Brujo se halla lo más revelador: "te llevaré conmigo muy lejos". Es un mal de otra realidad. Sauron es un horror que nos sobrepasa, que no tiene forma. Es el terror puro, lo desconocido. Sauron puede desnudarte el alma.

3 comentarios:

  1. Muy de acuerdo con todo lo que dices, Javier. Es muy interesante notar también como a veces ciertas adaptaciones del universo de Lovecraft (como videojuegos o películas) logran expresar mucho mejor ese terror a lo desconocido que la propia obra original.

    En cuanto a Tolkien, a mi siempre me fascinó como describe las criaturas del mundo antiguo como el Balrog o Ella-Laraña. Aunque no hablen siempre deja a entender que son criaturas muy inteligentes y nunca los describe en demasiado detalle, lo cual deja a la imaginación del lector la forma final de la propia criatura. Es especialmente interesante la cita sobre el Balrog:

    "Algo asomaba detrás de los Orcos. No se alcanzaba a ver lo que era: parecía una gran sombra, y en medio de esa sombra había una forma oscura, quizá una forma de hombre, pero más grande, y en esa sombra había un poder y un terror que iban delante de ella... Las crines flotantes de la sombra se encendieron y ardieron detrás."

    Increíble.

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    1. Es curioso, precisamente ayer estuve leyendo sobre los Balrog y las Arañas. Al parecer existe un debate sobre si el Balrog tenía o no alas precisamente por la ambigüedad de las descripciones. Es la grandeza de Tolkien, todo lo que deja a la imaginación.

      Curiosamente Tolkien es famoso pir supuestamente describirlo todo al mínimo detalle, pero no es así. Las cosas de la oscuridad las deja sin forma definida.

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  2. Lo que me gusta de Tolkien es, como dices, que siempre parece saber mucho más de lo que cuenta. Te muestra solo el diez por ciento del tiempo y el espacio que él domina y de las cosas que sabe. Ese es un buen consejo para el escritor de fantasía. Un saludo.

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