Están sentados en un banco, frente a la carretera. Fuman tabaco. Poco. Pero en esos tiempos acabar una cajetilla parecía una tarea imposible. Son dos - y deberían estar en clase -.
Después de pasar un rato hablando de tonterías se quedan en silencio. Uno de ellos se pone a mirar la calzada, los coches. Dicen que la carretera termina en Cataluña; la otra punta del mundo.
¿Cuántos de estos coches irán allá o vendrán de lugares lejanos? Se ponen a pensar en el momento en que también se suban a alguno de ellos, como lanzarse a un barco en movimiento para seguir el curso de las aguas. ¿En qué parada del camino volverán a tierra firme? ¿Qué ciudades sorprendentes atraviesa la gran vía?
Al cabo de un rato apagan el último cigarrillo y deciden volver a clase. Cuando llegan al instituto ya olvidaron sus pensamientos; en el fondo saben que, de todas formas, nunca tomarán la carretera.
Después de pasar un rato hablando de tonterías se quedan en silencio. Uno de ellos se pone a mirar la calzada, los coches. Dicen que la carretera termina en Cataluña; la otra punta del mundo.
¿Cuántos de estos coches irán allá o vendrán de lugares lejanos? Se ponen a pensar en el momento en que también se suban a alguno de ellos, como lanzarse a un barco en movimiento para seguir el curso de las aguas. ¿En qué parada del camino volverán a tierra firme? ¿Qué ciudades sorprendentes atraviesa la gran vía?
Al cabo de un rato apagan el último cigarrillo y deciden volver a clase. Cuando llegan al instituto ya olvidaron sus pensamientos; en el fondo saben que, de todas formas, nunca tomarán la carretera.
Yo, personalmente, prefiero ir andando.
ResponderEliminarEsos momentos de grandes pensamientos, de grandes ilusiones, de grandes proyectos nuevos, donde las ganas siempre estan renovadas... se van igual de rapido a como llegan. (u.u')
ResponderEliminarSin embargo... quizás algún día lo hagamos en serio.
Saludos!
Hay que mantener viva la esperanza... Quién sabe si algún día...
ResponderEliminarVivamos los sueños
Cualquier excusa es buena para saltarse una clase y fumarse un cigarrillo. Cualquier excusa es buena para tomar la carretera, aunque sea en autobús.
ResponderEliminarMe gusta.
ResponderEliminarMe siento identificado; aunque no fume.
me gustaría que fumaran más
ResponderEliminarnunca digas nunca! besos
ResponderEliminarHasta que un día empiecen a caminar, quizás sin ni siquiera darse cuenta...
ResponderEliminarMuy bueno ;-D Besos!!
Lo dudo... sería una salida no realista propia de otro tipo de relatos.
Eliminar¡Besos!
muy lindo y gráfico!
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