Se equivocó de salida. Fue a dar a un carreterín medio abandonado. Lo recorrió, buscando una reincorporación. Cada kilómetro se separaba de la autovía un poco más. Al fin descubrió a dónde conducía.
Pero ya no puede retroceder. Es demasiado tarde. No hay salida.
Pero ya no puede retroceder. Es demasiado tarde. No hay salida.
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