23.2.11

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Completamente solo en la oscuridad. Sabes que en toda la casa, en el bloque entero, no alumbra una luz. Sabes que no late ningún corazón; que no sea el tuyo propio.

21.2.11

La suerte es la excusa de los cobardes

En la época en que aún no había redes sociales e internet estaba dominado por Messenger y los foros, los nicks y las firmas eran el lugar para todo tipo de citas célebres y frases hechas que la gente llevaba como bandera - algo como ocurre con la bio en Twitter, este chat sobrealimentado -.

El otro día buscando información en Google me di de bruces con una de aquellas citas, que fue bastante popular hace tiempo: "la suerte es la excusa de los fracasados". Una frase que creo haberme encontrado también en la red del pajarillo que, aunque algunos dicen va a cambiar el mundo, la mayoría utilizan - utilizamos - del mismo modo que usábamos Windows Live: para decir chorradas.

Es una cita muy acorde con estos tiempos en que hay que ir no ya de triunfador sino de resuelto por la vida; de no tengo dudas, soy muy vital y molo mucho porque sigo la moda. Se supone que el que es un fracasado dirá que la mala suerte es responsable de sus derrotas para maquillar que, en realidad, el único culpable es él mismo. Muy filosofía Twitter mola todo.

Y el que es atacado sorpresivamente por un cáncer y se muere, ¿también utiliza la suerte como excusa? Y el que tiene la desgracia de cruzarse con un borracho en la carretera el domingo por la mañana y se estrella, ¿también pone excusas?

Con esto quiero reivindicar una idea que está muy olvidada, y es que no somos nada, no tenemos control apenas sobre nada. Por supuesto que podemos cambiar muchas cosas, pero no todas - la muerte, por ejemplo -. No somos dioses ni nada parecido por mucho que internet esté convenciendo a algunos de lo contrario.

Es lo que los antiguos llamaban "Temor de Dios", un concepto olvidado por los nuevos creyentes. Algo que te sirve seas religioso o no, una simple idea vital: la de que el hombre, con todas sus virtudes, está sin embargo sujeto a la suerte e indefenso frente a todo tipo de fuerzas que le superan. Y tenerlo siempre en cuenta es lo más prudente y lo más honesto.

4.2.11

Cuando comprendió por fin que la carretera no llevaba a ninguna parte, el coche se quedó sin gasolina.

2.2.11

La voz de los animales

El gato maúlla, el perro ladra, la oveja bala, el elefante barrita, el león ruge, la cigüeña crotora, la rana croa, el búho ulula, el cerdo gruñe, el pájaro pía, trina y gorjea, la abeja zumba, el burro rebuzna, el caballo relincha - y piafa -, la vaca muge - y remudia -, la serpiente sisea, el lobo aúlla, el pato parpa, el cuervo grazna, el gallo cacarea, la gallina cloquea, la perdiz cuchichía, el ciervo berrea y el hombre habla. ¿Hay más?