26.12.11

Las cosas de Yucatán

"(...) y dice este Diego de Landa que él vio un gran árbol cerca del pueblo en el cual un capitán ahorcó muchas mujeres indias de las ramas y de los pies de ellas a los niños, sus hijos.

(...)

Que se alteraron los indios de la provincia de Cochua y Chectemal y los españoles los apaciguaron de tal manera que, siendo esas dos provincias las más (...) llenas de gente, quedaron las más desventuradas de toda aquella tierra. Hicieron crueldades inauditas cortando narices, brazos y piernas, y a las mujeres los pechos y las echaban en lagunas hondas con calabazas atadas a los pies; daban estocadas a los niños porque no andaban tanto como las madres, y si los llevaban en colleras y enfermaban, o no andaban tanto como los otros, cortábanles las cabezas por no pararse a soltarlos".

Diego de Landa,
Relación de las cosas de Yucatán.

7 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  2. Ha desaparecido tu comentario F. Creo que igual me lo he cargado sin querer (tengo una cabeza... xD). Si es así disculpa.

    ResponderEliminar
  3. Tranquilo, Javier, fui yo. Si en mi corta vida aprendí algo es que a veces es mejor guardarse ciertas opiniones, y ésta es una de esas veces.

    Además, me he propuesto ser optimista y tener pensamientos positivos... así que si un día dejo de escribir sabrás que lo he conseguido XD

    ResponderEliminar
  4. Ah, menos mal xD. Es que alguna vez me ha pasado de darle a un botón por otro.

    Está bien ser más positivo, pero no hace falta dejar de escribir. Mira a Paulo Coelho, va de ese rollo y es superventas. No como el pobre Kafka que no se comía un rosco. En el fondo es una cuestión práctica xD.

    ResponderEliminar
  5. Hombre, no sé... yo creo que el pragmatismo y la literatura no son compatibles. Si escribes algo que no te gusta sólo para vender, no estás siendo honesto contigo mismo.

    Coelho será superventas y tendrá millones de fans, pero yo personalmente no me sentiría nada orgulloso de escribir como él, la verdad. Por una parte, porque no me gusta en absoluto, y por otra porque yo escribo para expulsar demonios y todo lo que me sale es un poco oscuro, y desde luego es muy raro (extremadamente raro) un relato mío en el que trate, ni siquiera de pasada, un tema tan común como el amor, por poner un ejemplo.

    Por eso creo que el día que no tenga demonios que expulsar no tendrá sentido que siga escribiendo.

    ResponderEliminar
  6. Eso depende de muchas cosas, principalmente de si escribes por amor al arte o por motivos menos elevados - como puede ser para hacerte rico, como es el caso de Dan Brown - y también de los géneros que te gusten.

    Puedes utilizar tu talento para hacer literatura industrial altamente comercial - como El Código Da Vinci - seguramente no te gustará una mierda el resultado - no creo que Brown esté muy contento con sus libros - pero si te lo montas bien te forrarás.

    Aun así, si tus gustos encajan, también puedes hacer literatura no necesariamente emocional sin vender tu alma. Por ejemplo si te gusta la narrativa de aventura, fantástica, misterio... etc.

    La literatura no siempre tiene por qué ser introspectiva ni indagar en las propias emociones. A mí por ejemplo me gusta mucho inventar mundos - soy muy de espada y brujería - y ese tipo de literatura se puede trabajar bastante sin poner necesariamente algo de ti mismo en ella. Aunque claro, te tiene que gustar. Todo depende.

    ResponderEliminar
  7. Los cimientos de América están rellenos de dolores y muertes. Abrazos y Felíz Año Nuevo

    ResponderEliminar

Háblame.