12.4.11

Mis ilusiones

A veces mi caverna se ilumina con un poco de luz. Son mis sueños, que abandonan mi cabeza, como mariposas empiezan a volar alrededor y alumbran mi oscuridad. Veo un prado verde y una pequeña casa en medio, niños jugando: mis hijos. Estoy dormido en una cama y acaricio una espalda suave: mi esposa. Risas, verano, alegría satisfecha.

Durante un rato aletean y puedo verlo todo, lo que quise y lo que he perdido. Entonces meto la cara en un puñado de huesos y allí me escondo, llorando, y sollozo hasta que me quedo dormido, mucho tiempo, en las tinieblas.

11 comentarios:

  1. Viví en una caverna parecida.
    Luego salí.
    Y ahora que estoy fuera muchas veces la añoro.

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  2. Suena muy triste...mucho.

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  3. Al fin y al cabo solo son sueños.
    Inquietante.

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  4. Es porque estás atado, debes girar la vista para ver las cosas como son. Si no, sólo verás las sombras que se reflejan en la caverna. Si hay sombras es que hay algo más. Hay un perro y la sombra del perro. El perro de verdad es la idea de perro. Eso decía Platón. Y cuentan que hasta hoy, todo el pensamiento no es más que una nota a pie de página, de su obra.

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  5. El problema de las ilusiones es que son un arma de doble filo... Por un lado pueden animarnos a seguir caminando para intentar llegar a ellas... El problema surge cuando llegan a cegarnos y nos olvidamos de absolutamente todo lo demás... En este segundo caso al final viene el golpe, siempre. Besitos!!!

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  6. Lo peor es cuando sabes que son irrealizables.

    Besos.

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  7. me gusta la imagen "meter la cara en un puñado de huesos", pienso en las manos, pero a la vez veo que va de la mano con el tiempo, me gusta.

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    1. Lo cierto es que es lo que más satisfecho me dejó del texto, y esa imagen entre lo grotesco y el tiempo, es algo que me gusta. Me alegra que te haya gustado.

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