Tristes, tristes días que nos ha tocado vivir. Pensamos que todo está mal, hasta que comprendemos que está peor.
Todos los sentimientos en la cabeza... alegría, esperanza, claridad, vigor. De repente todo estalla. Y luego, sólo...
Tristes, tristes noches. En las que descubrimos que somos granos de arena. Que todo nuestro sufrimiento es un cristal de azúcar en una playa inmensa. Que hay un dolor inimaginable mientras tanto, donde menos lo esperamos. Un dolor que nos hace ser ridículos, estúpidos. Un dolor que nos alumbra y nos reduce...
a la nada.
Tristes, qué días tristes. Días tristes que tenemos que vivir. No por el tiempo, sino por ser humanidad. Cosa triste la humanidad.
De repente comprendemos, de repente nos llega un hálito de ese dolor. Como si en un segundo, para nuestra pena, pudiéramos conocer todo lo que está pasando en todas las mentes desgraciadas, lo que está ardiendo en los incontables corazones arrasados.
Tristeza... la tristeza que nos derrota. Que nos derrota porque nos hace comprendernos, comprendernos en nuestra estupidez. Porque es de un sufrimiento tan puro que nos deslumbra, que nuestro gravísimo problema se convierte en pequeñez...
Y entonces añoramos ese problema... deseamos tomar ese problema y compartirlo con los nuestros, para que tengan poco de qué preocuparse. Para que no sea real su dolor. Pero es imposible.
Tristes días... en los que envidiamos a los perros, que son sólo ladridos en el aire. Envidiamos a los gatos, que son sólo maullidos...
en la noche.
Tristes, tristes días.
Que pasen ya.
Todos los sentimientos en la cabeza... alegría, esperanza, claridad, vigor. De repente todo estalla. Y luego, sólo...
Tristes, tristes noches. En las que descubrimos que somos granos de arena. Que todo nuestro sufrimiento es un cristal de azúcar en una playa inmensa. Que hay un dolor inimaginable mientras tanto, donde menos lo esperamos. Un dolor que nos hace ser ridículos, estúpidos. Un dolor que nos alumbra y nos reduce...
a la nada.
Tristes, qué días tristes. Días tristes que tenemos que vivir. No por el tiempo, sino por ser humanidad. Cosa triste la humanidad.
De repente comprendemos, de repente nos llega un hálito de ese dolor. Como si en un segundo, para nuestra pena, pudiéramos conocer todo lo que está pasando en todas las mentes desgraciadas, lo que está ardiendo en los incontables corazones arrasados.
Tristeza... la tristeza que nos derrota. Que nos derrota porque nos hace comprendernos, comprendernos en nuestra estupidez. Porque es de un sufrimiento tan puro que nos deslumbra, que nuestro gravísimo problema se convierte en pequeñez...
Y entonces añoramos ese problema... deseamos tomar ese problema y compartirlo con los nuestros, para que tengan poco de qué preocuparse. Para que no sea real su dolor. Pero es imposible.
Tristes días... en los que envidiamos a los perros, que son sólo ladridos en el aire. Envidiamos a los gatos, que son sólo maullidos...
en la noche.
Tristes, tristes días.
Que pasen ya.
Son tristes los días que queremos sean tristes.
ResponderEliminarMe gusta mucho tu estilo de escribir.
Saludos
Si hay que pasar por los tristes días lo voy a hacer combatiendo contra ellos..
ResponderEliminarUn gran saludo!
Lo que me hacía falta leer en una tarde de otoño. Ahg :)
ResponderEliminarSofía, J-M, no siempre tenemos control sobre lo que ocurre, ni puede ser lo que nosotros queramos.
ResponderEliminarAlfonso, lo siento... :P
Tristes, tristes días, tristes noches de soledad, triste dolor entrecortado en lo más profundo del mar, un alma adolecida en silencio, triste despertar.
ResponderEliminarTriste mundo el que vivimos, sí, pero el que nos rodea de cerca somos incapaces siquiera de valorar. El dolor forma parte en nuestro camino, sin él es imposible aprender a amar.
Un fuerte abrazo.
Buena improvisación, MIMOSA, me gusta que la gente aporte sus propias versiones :)
ResponderEliminarUn abrazo.
Espero con ello no molestarte, digo lo primero que se me viene a la mente cuanto leo un texto, por ello para mí todos y cada uno son tan personales, siempre, siempre digo lo que pienso. Me agrada que te agrade.
ResponderEliminarUn beso
¡Qué va! No me molesta en absoluto, me gusta que cada cual aporte algo y que algo mío pueda inspirar a los demás.
ResponderEliminarbss