Una vez le preguntaron a Nacho Vegas en una entrevista: "¿su vida es tan intensa como parece por sus canciones?". Él, muy sensato, fue sincero y contestó que no.
Lo que vino a decir Nacho Vegas es que él tomaba un momento muy intenso de su vida y lo convertía en canción. Tú escuchas un tema en cinco minutos y otro y otro, y te puede parecer que su existencia es una verdadera aventura, pero evidentemente no te habla en sus letras de todos sus días absurdos y aburridos de persona normal, no te cuenta los ratos que pasa comprando en Mercadona o fregando los platos, o viendo alguna gilipollez en la tele.
Simplemente el artista, seleccionando los momentos adecuados, consigue crear ese aura mística e increíble que le rodea. Así se forjan las leyendas de todos los mitos de la música, la literatura o cualquier otra cultura.
Algo parecido pasa en Twitter, pero elevado a la enésima potencia. Twitter te permite contar algo en 140 caracteres, una y otra vez, y a través de esos mensajitos es como gente que no te conoce de nada se forma una idea sobre ti.
He observado que los filósofos de bareto son una plaga en Twitter. A los que tenía en mi cronología ya no los sigo. Gente que intenta hacer reflexiones ingeniosas, bohemias, románticas o misteriosas. Gente que pretende crear en torno a sí un aura como de artista.
Pero obviando a esos cantamañanas, entre el resto ocurre algo semejante y muy triste. Mucha gente se esfuerza constantemente por resultar ocurrente, o por dárselas de interesante, o por mitificar sus supuestas historias de amor, o sus estados de ánimo.
Cuando están tristes se las arreglan para que parezca que el abismo les traga, cuando echan de menos a alguien poco menos que aparentan ser Marco Antonio y Cleopatra.
A través de las pequeñas gotas de sí mismos que les permite Twitter, van construyendo una imagen propia que a ojos de cualquiera les convierte en personas con vidas muy intensas. Y como nadie les conoce, ni en realidad saben de qué va su vida, esa intensidad parece real. Pero no lo es.
En realidad son, como todos somos, personas lo suficientemente solas como para pasar mucho rato sin más compañía que la del ordenador. ¿No es ese el mundo que hemos heredado? Todos tenemos vidas mediocres, vidas de mierda en las que nunca pasa nada interesante. Nunca se produce ese hecho formidable de las películas, nadie encuentra lo que se supone que busca incansablemente.
Esta gente que a través de Twitter hace todo lo posible por parecer sugerente, por ser alguien que cualquiera desearía en su vida, consigue que nadie vea que en el mundo real son personas en las que nadie - absolutamente nadie - se fija, personas que pasan desapercibidas, en la calle, en el metro, sin que nadie las vea. Como la mayoría aplastante de la humanidad.
Ciertamente es triste, una mezcla de hipocresía, debilidad, soledad insoportable y necesidad dolorosa de calor humano. En el fondo les comprendo, y posiblemente porque sospecho que alguna vez quizá yo haya intentado pasar un espejismo de falsa intensidad en mi timeline, y no es así.
Soy una persona normal, todos lo somos. Por desgracia.
Lo que vino a decir Nacho Vegas es que él tomaba un momento muy intenso de su vida y lo convertía en canción. Tú escuchas un tema en cinco minutos y otro y otro, y te puede parecer que su existencia es una verdadera aventura, pero evidentemente no te habla en sus letras de todos sus días absurdos y aburridos de persona normal, no te cuenta los ratos que pasa comprando en Mercadona o fregando los platos, o viendo alguna gilipollez en la tele.
Simplemente el artista, seleccionando los momentos adecuados, consigue crear ese aura mística e increíble que le rodea. Así se forjan las leyendas de todos los mitos de la música, la literatura o cualquier otra cultura.
Algo parecido pasa en Twitter, pero elevado a la enésima potencia. Twitter te permite contar algo en 140 caracteres, una y otra vez, y a través de esos mensajitos es como gente que no te conoce de nada se forma una idea sobre ti.
He observado que los filósofos de bareto son una plaga en Twitter. A los que tenía en mi cronología ya no los sigo. Gente que intenta hacer reflexiones ingeniosas, bohemias, románticas o misteriosas. Gente que pretende crear en torno a sí un aura como de artista.
Pero obviando a esos cantamañanas, entre el resto ocurre algo semejante y muy triste. Mucha gente se esfuerza constantemente por resultar ocurrente, o por dárselas de interesante, o por mitificar sus supuestas historias de amor, o sus estados de ánimo.
Cuando están tristes se las arreglan para que parezca que el abismo les traga, cuando echan de menos a alguien poco menos que aparentan ser Marco Antonio y Cleopatra.
A través de las pequeñas gotas de sí mismos que les permite Twitter, van construyendo una imagen propia que a ojos de cualquiera les convierte en personas con vidas muy intensas. Y como nadie les conoce, ni en realidad saben de qué va su vida, esa intensidad parece real. Pero no lo es.
En realidad son, como todos somos, personas lo suficientemente solas como para pasar mucho rato sin más compañía que la del ordenador. ¿No es ese el mundo que hemos heredado? Todos tenemos vidas mediocres, vidas de mierda en las que nunca pasa nada interesante. Nunca se produce ese hecho formidable de las películas, nadie encuentra lo que se supone que busca incansablemente.
Esta gente que a través de Twitter hace todo lo posible por parecer sugerente, por ser alguien que cualquiera desearía en su vida, consigue que nadie vea que en el mundo real son personas en las que nadie - absolutamente nadie - se fija, personas que pasan desapercibidas, en la calle, en el metro, sin que nadie las vea. Como la mayoría aplastante de la humanidad.
Ciertamente es triste, una mezcla de hipocresía, debilidad, soledad insoportable y necesidad dolorosa de calor humano. En el fondo les comprendo, y posiblemente porque sospecho que alguna vez quizá yo haya intentado pasar un espejismo de falsa intensidad en mi timeline, y no es así.
Soy una persona normal, todos lo somos. Por desgracia.
Me has 'hundío' el fin de semana :-P
ResponderEliminarxDDD ¿por qué?
ResponderEliminarJavier hay razón en tus palabras, creo que twitter esta plagado de espejos delante de espejos donde todo son falsedades, una comunidad o pequeño grupito de amigos/as de conversación breve y por ultimo las grandes olas de tweets que hacen algunos que parecen que tienen una metralleta en el ratón del pc.
ResponderEliminarLlego desde la iniciativa del 8 de octubre
Nos estamos leyendo ;)
Estoy de acuerdo en lo que dices J-M, gran parte de Twitter es un intento por aparentar una vida interesante ante los demás.
ResponderEliminarMe alegro que participes en la inciativa, nos leemos :)
¡Un saludo!
O sea, que todos somos en el fondo Moe?
ResponderEliminarQué frustración existencial...
O Moe o Skinner...
ResponderEliminarNacho Vegas es uno de mis artistas favoritos y me cuesta muchísimo encontrar a mi alrededor gente que lo conozca y no lo confunda con Antonio Vega. Por eso ha sido una sorpresa agradable ver su nombre escrito aquí.
ResponderEliminarNacho Vegas es uno de mis artistas favoritos y me cuesta muchísimo encontrar a mi alrededor gente que lo conozca y no lo confunda con Antonio Vega. Por eso ha sido una sorpresa agradable ver su nombre escrito aquí.
ResponderEliminarHola F., me alegro que te guste Nacho Vegas, también es uno de mis músicos preferidos. Y escritor, y poeta... porque la verdad es grande en todo. Y es cierto que mucha gente lo confunde con Antonio por el apellido, o dicen "ese que tocaba con Bunbury"...
ResponderEliminarDe hecho, pienso que la influencia de su libro se nota mucho en mi blog, a veces creo que demasiado. Sobre todo en las entradas más antiguas.
¡Un saludo!
Orales, que interesante reflexión. Sabes este medio yo lo considero un alter-ego, no soy netamente yo, pero lo que escribo son netamente ondas mias y que leo por ahí, pero siemrpe me deja pensado lo que las personas que me leen piensan de mi, cuando soy tan común y corriente. Sin embargo mi mente gira y gira y tengo tantas ideas al aire que me es imposible no plasmarlas ahí. Creo soy adicta =P
ResponderEliminarPero para mi es un alter ego que tengo, un perosnaje, un espejismo de mi vida, una partecita de mi que le gusta decir tonterías, desvarios, etc, para mi twitter a la vez es catártico. Pero cada quien lo uso como le va en gana.
Saludos
A mí me pasa exactamente igual. En general todo mi perfil en la red, Blogger, Facebook.. etc. tiene mucho de personaje. Básicamente soy yo, porque no me gusta mentir, pero muchas cosas no las dejo ver, eso sí, procuro no añadir nada inventado, simplemente no muestro todo de mí.
ResponderEliminarA lo que yo me refería es al intentar, al contrario, no ya proteger intimidades, sino inventarse una forma de ser arrolladora, un carisma prodigioso, una vida intensa... etc. cosa que tanta gente hace, lo que en los 90 se hacía con la ropa o el peinado, hoy se hace con Twitter y Facebook... y es engañarse a uno mismo.
Pero en efecto cada cual le da el uso que quiere.
Un saludo.
Oh, sí. Totalmente de acuerdo. Las personas con carisma arrolladora que tenemos una vida para escribir un libro no usamos el twitter, no tenemos tiempo.
ResponderEliminarEsos son los que más lo usan. Aunque ya se ha pasado esa fiebre que hubo con el Twitter.
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