Se acercó a ella. Le había abierto la puerta, al menos. Empezó a caminar, despacio. Tantos kilómetros... tanto tren, tanto árbol pasando y pasando como una pantalla a su lado... Tantas horas temblando de nervios, sudando de miedos... Por fin, después de todo, la tenía delante.
Y era el momento de preguntar, de saber a qué conducía aquel camino de años. Aquella serpiente enloquecida...
La mujer se sentó en el escritorio. Olor aséptico a nada en torno a ella. Madera, una ventana y una persiana de laminillas. Al otro lado trabajadores atareados, como abejas ocupadas en la colmena blanquísima, azulina. Pijamas... ese olor. Ese maldito olor a nada. A algunas personas les gusta, les embriaga... pero a mí. Sólo me presagia la muerte.
Y enfrente el médico. La bata radiante, crujiente. Emitiendo con más fuerza aún ese olor a vacío, a ausencia de vida bacteriana o microbiótica. Esas manos hartas de lidiar con la derrota de la carne, insatisfechas de arrancar la vida de la muerte. La muerte...
De rodillas. La madera quebrada, los pasos resonando. La piedra devolviéndolo todo: el sonido, el aire, el murmullo. Como una campana. La roca, que lo contesta todo. Los sueños, los anhelos, el miedo. Las manos cruzadas. Un altar enfrente y en él un Dios desconocido, ¿qué más da?
Las cosas no podrían estar peor, y así es cuando un hombre sin fe como yo se decide a abrazar lo sobrenatural. Quería pedirte... por favor...
Ahora tengo que hablarte... Después de tantos años, de tanto decirte que no. De tanto esperar, de tanto cavilar, de tanto plantearme las cosas... Sé que todo fue un error, que debí haberlo pensado mejor antes. Ahora ya no hay vuelta atrás, pero lo he dejado todo... He dejado todo por ti... quería preguntarte...
Quiero saber...
...señora, debe tener en cuenta que hay que analizar los datos en su contexto. Es aconsejable tener una perspectiva desfavorable, para prevenir lo que pueda pasar. No podemos examinar un resultado sin prestar atención a su evolución, a su historia... Cada línea es importante en este informe, no podemos pasar por alto...
Escuche, por favor... Usted sólo dígame, sin rodeos...
...Oh, Señor. Ya sé que no tengo fe. Ya sé que no vas a escucharme, a atenderme... Pero por favor, sólo una pregunta...
¿Me quieres?
¿Hay cura?
¿Hay esperanza?
Y una sola respuesta: no.
Un tres en uno, para ir hasta una misma respuesta, ingenioso! Me gusta.
ResponderEliminarOtro abrazo.
Me alegro que te gustase :) besos.
ResponderEliminarOriginal y descorazonador... Bueno, lo segundo no es novedad :-P XD Muy bueno, en serio :-D Besos!!
ResponderEliminarJeje me alegro que te guste... bsts!
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